La Orquesta de Cámara Nuestro Tiempo acompaña a Annie Garcés en concierto homenaje a la trova.
La voz de Annie tiene ese tono, el de las mujeres que saben sonreír. Canta lo suficientemente bien como para hacerte olvidar todo, excepto sus manos. “Estoy un poco nerviosa” –dice- y sonríe. No necesita nada más para encantar, ni siquiera las canciones de Gerardo, de David, de Liuba o de Silvio.
Canta, transpira, conversa. Lo hace mientras mueve sus manos. Lo hace y sonríe. En el escenario está la Orquesta de Cámara Nuestro Tiempo. El teatro está hecho de manos. Manos que tocan, que afinan, que aplauden, que cantan. Eduardo Sosa, Adrián Berazaín, Pepe Ordaz y Pancho Amat también sonríen. Annie abre los brazos. Mueve las manos. Sonríe.
Por: Cubadebate