Cada tarea que se le confió a Hart fue asumida desde el compromiso y la responsabilidad: la esfera de Organización del Partido Comunista, la estancia en tierras orientales y la creación del Ministerio de Cultura en 1976
Una profunda amistad, forjada en el calor de la lucha, unió a Armando Hart y a Fidel. Foto: roberto salas
«Con certeza puedo afirmar que mi vida está dividida en dos etapas fundamentales: antes y después de conocer a Fidel Castro». Fue el 26 de noviembre del 2016 cuando Armando Hart encabezó con esas palabras, en medio del dolor, su evocación personal del líder de la Revolución Cubana.
Un año después de aquel testimonio –es decir, un año y un día después de la partida de Fidel–, Hart se despide. Era uno de los más leales y aventajados discípulos del Comandante en Jefe y, a la vez, uno de sus más entrañables…
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